sábado, 31 de diciembre de 2011

Reflexiones de una recién 20 añera

Tengo que decir que no espero que nadie sea capaz de leer esta entrada entera. Es demasiado larga y con demasiadas cosas personales como para que a alguien le interese, pero necesitaba ponerlo en algún sitio, que no fuera un diario personal. ¿Nunca habéis tenido la necesidad de colgar algo en la web que es de intimidad total? Debe ser el morbillo de que se te puede descubrir aunque estés en el anonimato total. En fin, el caso es que lo necesito, y como hoy es mi día, exploto :) .Allá voy.

Hoy cumplo 20 años y estoy en crisis. Nunca lo había pensado pero igual es la famosa crisis de los 20. No lo había pensado hasta hace 3 días que se lo escuché decir a una amiga que los cumple también en estas fechas. Es raro explicar cómo me siento. Me acuerdo cuando era más pequeña: 16, 17 años. Era realmente tonta (probablemente cuando cumpla 25 me acordaré del día que cumplí 20 y pensaré que era realmente tonta).
La única cosa que me encanta de que pase el tiempo es que puedo leer entradas antiguas. Hoy estoy leyendo la de los 16 años. Según lo que leo era bastante feliz... me regalaron muchas cosas :D . No hay nada digno de mencionar. Cuando cumplí 17 años fui también súper feliz. Madre mía, no me entiendo, yo recuerdo haber pasado mucha tontería y tristezas. Recuerdo cuando cumplí los 18. Me sentí súper mayor: Me hacía muchísima ilusión salir a tomar algo. Me apetecía ponerme tacones e irme de copas con las amigas, al más puro estilo sexo en Nueva York, pero al final acabé cayendo en botellones y discotecas y por supuesto no salí ni un cuarto de lo que había estado esperando durante toda mi adolescencia. Suele pasar. A los 18 pasé el mejor año de mi vida. Me seguía sintiendo mayor hasta que cumplí 19. 

A los pocos meses de cumplir 19 cambié profundamente. Había estado teniendo una transición y un día explotó todo. Cuando los cumplí yo estaba con un chico y sin darme cuenta que la verdadera felicidad me la daba otra persona. Alguien a quien había conocido unos meses atrás de pura casualidad, de la misma pura casualidad con la que nos hicimos tan íntimos, porque él lo sabía todo sobre mí, y yo lo sabía sobre él. Nos entendíamos con mirarnos; si alguno de los dos se reía, el otro sabía por qué. Todo era amor entre nosotros, con pequeñas bromas, sí, pero al fin y al cabo amor. Creo que como a él solo he querido a mi mejor amiga. Y quiero matizar una cosa: Cuando se habla de amor mucha gente piensa que es "ese amor"... pero hay un amor mucho mejor, el de una persona a la que acabas de conocer y sientes que hay un lazo irrompible. Una persona con la que puedes contar únicamente para TODO, hasta tus más íntimos secretos, porque claro, como "sólo somos amigos"... Y ese era el amor que sentía yo por él. Y creo que no me equivoco si digo que él sentía lo mismo.
Luego llegó aquella noche. El primer fin de semana de febrero. Cuando le llamé por teléfono para convencerle de que saliera para nada me esperaba como iba a acabar aquello. "Sólo voy porque vas tú". A mí me hizo gracia aquello, porque estaba claro, y molaba. También estaba claro que él no tenía ni idea de lo que iba a pasar, o eso al menos es lo que pensé y lo que aún hoy sigo pensando. ¿Nunca os habéis parado a pensar que puede cambiar más la vida en una simple noche que en cualquier tarde o mañana, cuando transcurren las mismas horas? Yo sí, porque me ha pasado, y más de una vez.
En fin. Todo iba sobre ruedas hasta que dejó de ir sobre ruedas. Quienes me hayáis leído sabréis cómo acabó la historia, así que no merece la pena ni recordarla. 

Creo que después de aquello fue cuando cambié. No sé si lo he comentado alguna vez, y si lo he hecho da igual. Un día me levanté con un sentimiento que aún hoy sigue. Dejé de ir a clase, no me apetecía. Me desencantó la carrera. Empecé a buscar trabajo como una loca, necesitaba evadirme, no tener ni un minuto libre para pensar. Ir a clase, trabajar, estudiar. Al final todo se fue al cajón desastre, nunca cumplí mis objetivos. Es esta sensación de andar mirando al futuro agobiándose y añorando el pasado. El presente, por supuesto, es una mierda. Cuando lo único que haces para arreglar tu vida es tirarte en la cama y empezar a soñar y a añorar cosas que nunca has vivido (parafraseando a Sabina) está claro que sólo puedes dirigirte a un agujero negro, y eso es lo que he estado haciendo hasta ahora. Sé que es horrible y que tengo que hacer algo para evitarlo. No quiero ser una 20 añera de 50 años. Por eso he decidido intentar tomar las riendas. Más o menos lo voy consiguiendo pero sigo soñando con el futuro y así no voy a ninguna parte.

Es una sensación horrible, soy una quejica, lloro sin lágrimas pero tengo un dolor dentro de mí que no puedo con él. No pienso pasar los mejores años de mi vida con esta crisis existencial, con esta inseguridad, sin amor y sin hacer lo que yo quiero. Es mi propósito de año nuevo, encontrar el camino. Se acabaron las tonterías de otros años. 
Me da miedo crecer. La verdad es que echo de menos mi tierna época de bachillerato, cuando todo eran risas y mi mayor problema era que el chico del que estaba pilladísima pasaba de mi culo y sacar la media para ir a la universidad.
Hoy no estoy pilladísima por nadie ni tengo intención de estarlo hasta que no esté al 100% segura de que me va a corresponder. Hoy disfruto con una simple cerveza con las amigas (también disfruto con una buenísima borrachera cada mucho tiempo, hacerlo habitualmente desencanta). Sigo yendo a la universidad y paso olímpicamente aunque, aunque suene increíble para quien me conozca, al final consigo aprobar casi todas (creo que esta vez no voy a tener tanta suerte). Gano mi dinero, tengo tiempo libre, estoy metida en política con gente maravillosa, pero no estoy contenta, siento mucha angustia dentro de mí. ¿Qué me pasa?

PD: Me acaba de mandar un sms. Tenemos un pacto no escrito de mandarnos sms por nuestro cumpleaños aunque los dos tenemos blackberry. Le echo muchísimo de menos aunque no podría volver a enamorarme de él (si lo hiciera tendría un problema muy muy muy grave). Pero me gustaría tenerle a mi lado como en los viejos tiempos.



viernes, 30 de diciembre de 2011

Feliz 2012

"Hay razones para creer en un mundo mejor, y no están en cocacola" |
Así se titula un vídeo que vi ayer navegando por youtube buscando ese anuncio tan "mono" que nos están poniendo estos días. Creo que todos sabéis de cuál hablo, basado en el de 2010: 



A primera vista me emocioné, con esa música, esos titulares de noticias, ¡esas escenas del 15M! (Madre mía, cómo está el mundo). Y luego casi me dieron ganas de, no sé si llorar, vomitar o pegarle puñetazos a la pared. ¿Cómo se puede tener tanto morro de hacernos creer que una multinacional como CocaCola se preocupa por un mundo mejor? ¿Cómo se puede tener tanto morro, fingir que le preocupan los parados, los inmigrantes, que los jóvenes tengan derecho a soñar?
Para 2012 pido que se elimine esta publicidad engañosa y demagógica, y rezo para que nadie se la crea. Deberíamos dejar de comprar coca-cola todos por hacer estos anuncios y reírse en nuestra cara. Y una cosa, no se me confunda con ser una radical. Porque yo, así como siempre he negado la coca-cola por ser una "guarrería" (que la bebo a veces, pero muy pocas),  también he aceptado y me he maravillado con sus anuncios. Pero no. Por aquí no paso. Ya se me puso la mosca detrás de la oreja con el de 2010, y este me ha matado.

Y como es el penúltimo día, aprovecho para desear un feliz año a toda la gente que me lea. Para terminar con esta entrada pongo algunos de los valores de los indígenas Weenhayek, habitantes del Chaco Boliviano, que deberíamos tener en la cabeza siempre. Con que tuviéramos, sólo un poquito, más presentes estos valores, el mundo sería un lugar mejor. Vamos a replanteárnoslo.

- Gran importancia del presente.
- Fuerte respeto a la naturaleza.
- Colectivización.
- La riqueza está en tener una familia.
- Libertad de movimiento.
- Rechazo a la autoridad.

¡A vivir!


jueves, 22 de diciembre de 2011

Adiós, corazón

¡Hola! Como bien se dice por ahí... "renovarse o morir". Y como un blog va variando inevitablemente al mismo ritmo que cambia una vida, tengo que decir que he cerrado una etapa de mi vida para empezar otra.

Estoy en una especie de transición, que siempre he tenido muy claro que nació en marzo-abril. Incluso en aquella época me di cuenta de que estaba cambiando radicalmente.

Así que, como buena navideña que soy, tengo que hacer un balance de 2011. ¿Ha sido un año bueno o malo? Ha sido un año raro. Pero que muy raro. Empezó muy bien, una despedida digna del que fue, y no exagero si digo que creo que será, el mejor año de mi vida. Es difícil explicar cómo un año puede ser el mejor de tu vida pero lo sabes cuando miras atrás y no recuerdas ni un solo momento infeliz (o lo recuerdas, pero pasas olímpicamente).

Y.. volviendo al 2011. Primer año de universidad. El año de "las hostias", por decirlo vulgarmente. Esto pasa cuando estás acostumbrada a ser una cursi romántica con unos objetivos claros y sales del huevo y te chocas con la realidad. Esto pasa, cuando llevas toda la vida en un colegio, con la misma gente, con tu idea de "voy a salir y voy a estudiar una carrera, y ante todo que me guste".
Y de repente sales y empiezas a vivir, que si buscarte la vida, que si conocer gente nueva, que si enrollarte con chicos desastrosos. Que si viajar a cascoporro, que si conocer gente nueva, otra vez...
Y así todo se va llenando de buenos y malos recuerdos, sin olvidarse de la gran decepción con la universidad, por supuesto.

Así que bueno, después de unos muy malos meses de crisis existencial, de miedo a crecer, de "no saber qué hacer con mi vida" ... sigo sin encontrar mi camino, aunque hace poco encontré algo que me hace sonreír. Eso sí, estoy triste y ahogada. Por primera vez en mi vida, y sin tonterías de adolescente, creo que puedo decir que hace un tiempo ya que no soy feliz.

Pero como, aunque por fuera parezco más coitada de lo que soy, la mitad de mi corazón es optimista, cierro la entrada y el 2011 citando al gran Ismael Serrano, que siempre está ahí para mí y para recordarme que "me acuerde de vivir".

"Creerás que el tiempo pasa rápido, que el buen recuerdo puede doler, pero has venido a recordarnos que no es tan malo crecer".

Un beso a todas, y feliz navidad.