miércoles, 3 de junio de 2009

A veces es tan increíble la manera en que dejamos de hacer cosas simplemente por lo que pueda pensar el otro.

Y la de cosas que nos perdemos por la timidez, el miedo, el no atreverse... cosas que a lo mejor podrían cambiar nuestra vida y por esas razones, ese bloqueo mental que entra de repente quedamos siempre sin saber qué podría haber pasado.

Quizá por eso estoy como estoy, porque hay algo que tendría que haber hecho hace tiempo y no lo hice, y ahora es demasiado tarde. Y no sé por qué tengo el extraño presentimiento de que va a volver a pasarme.

Que de verdad, que no quiero. Que esto ya es desesperante. Pero bueno, ya me he dado cuenta de lo que necesito. Necesito dar, pero sobre todo recibir. Que ya está bien de tanto tiempo así. Me siento odiada por Afrodita.

Sólo queda olvidar, no pensar, y esperar a que llegue.

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